Andaba tocado de la rodilla. Fue duda hasta última hora. Pero Erling Haaland llegó a tiempo para partir de inicio en un duelo de Champions contra el Brujas que se antojaba crucial y, como suele acostumbrar, lo rompió.

Un doblete de la perla noruega tocada, que aun así terminó completando 85 minutos frente al cuadro belga, fue clave a la hora de conquistar una importantísima victoria por 3-0 que coloca al BVB líder del grupo F con un punto de diferencia con respecto a la Lazio en segunda posición.

Comienza bien, por tanto, una semana interesante en el oeste de Alemania que terminará el sábado con el clásico de la Bundesliga contra el Bayern y, obviamente, con Haaland en el once borusser.

Comenzó mejor el Brujas. Pudieron adelantarse los de Philippe Clement en dos desajustes graves de la minimizada defensa del Borussia (Hummels, Can y Zagadou eran baja), pero fue la pegada de las abejas la que desequilibró la balanza.

Un zurdazo de Thorgan Hazard estrenó el luminoso en un Jan Breydel Stadion que, poco a poco, se tiñó de negriamarillo. La culpa la tuvo el nene de moda del fútbol alemán. En menos de un cuarto de hora, Haaland firmó un doblete que sentenció el choque y aumentó su cuenta goleadora a cuatro tantos en los tres partidos de Champions que se han disputado hasta la fecha.

Dos goles de puro nueve, el primero tras un rechace de Mignolet, el segundo empujando un centro de Meunier al fondo de la red. Haaland siempre aparece. Espera el Bayern.