Pacheta se estrena hoy como entrenador del Huesca con la difícil tarea de salvar al equipo del descenso. No lo tiene fácil: el Huesca es el último clasificado, sólo ha ganado un partido en toda la primera vuelta, a domicilio no ha logrado vencer y esta tarde visita el nunca fácil Coliseum . Dicho así, el panorama pinta oscuro tirando a negro, pero la realidad de la clasificación dice que la salvación está sólo a siete puntos, y que esta temporada la igualdad entre los equipos es la nota predominante.
A las nueve de la noche conoceremos si con la llegada de Pacheca los resultados han cambiado. Lo que sí es seguro que ha variado es el discurso. Desde que el técnico burgalés llegó, todas sus comparecencias son un altavoz de ánimo y de esperanza. Ni el mejor de los coach: «Vais a estar orgullosos de ver competir al Huesca. Tenemos equipo para ganar en Getafe»… y todo tipo de mensajes positivos que levantan la moral de la tropa.
El primer cambio que se verá será el estilo. Un Huesca más defensivo y con mayor mordiente. El jugador de fino pie deja paso al de pierna fuerte. Habrá choques.
Aire fresco.
Bordalás estrenó con éxito los juguetes que le trajeron los Reyes Magos y con una sola aparición Aleñá y Kubo le han cambiado la cara al Getafe, que ahora luce una sonrisa. Tras ganar en Elche, repetir victoria acercaría al equipo a los puestos que se le supone debe pelear.
El Getafe fue más ofensivo con la llegada de sus dos fichajes, pero mucho se debió también a la titularidad de Portillo, el jugador con más talento del equipo. Hoy puede ser suplente y dejar su sitio al japonés, que ahora prefiere que se le llame Take y no Kubo.