EI Sevilla fabricó su pase a las semifinales de la Copa del Rey merced a un gol de Lucas Ocampos que trasladó la memoria a seis meses atrás. El argentino anotó un gol casi calcado al que posibilitó en agosto el pase a las semifinales de una Europa League que terminaría levantando. Su remate de cabeza con 0-0 en el marcador fue como un déjà vu. Suso reemplazó a Banega como aliado respecto a ese choque ante el Wolverhampton y Ocampos firmó otro gol decisivo en un instante de máxima necesidad.

La irrupción del argentino en esta Copa no es ninguna casualidad. Ya apareció de forma decisiva en la prórroga contra el Leganés para firmar la victoria e hizo lo propio ante el Almería. El Sevilla se agarró a su liderazgo para sobreponerse a los condicionantes y ya sueña con otra final a tiro de piedra. Julen Lopetegui sabe que Ocampos es su factor más decisivo en el aspecto ofensivo además del despliegue goleador de En Nesyri. El argentino firma ya siete goles en este curso, sólo uno menos que hace un año a estas alturas. Y todos bajo un contexto de necesidad en los partidos. Tras su primera campaña repleta de brillo, Ocampos elevó aún más su peso en este equipo y lo demuestran sus números: jugó todos los partidos de esta Liga y todos los de la Champions League. En la Copa, dio a su equipo el billete a cuartos y a semifinales.

Las campanas ya sonaron el pasado verano con algunos pretendientes que siguen de cerca a Ocampos, pero el jugador tiene su deseo puesto en seguir en Nervión ante su imperial crecimiento en LaLiga. Llegó de Marsella a cambio de quince millones de euros y su valor de mercado se triplicó hasta los 45. El Sevilla se agarra a él para seguir soñando.