La derrota ante el Real Madrid y las hecatombes contra Villarreal e Ibiza, sobre todo esta última en Copa, le dieron un parón al creciente chachismo que andaba viviendo Vigo durante los inicios de la era Eduardo Coudet, entrenador que tras sustituir a Óscar García que comenzó con cinco victorias en los 7 primeros encuentros de LaLiga. El técnico argentino debutó con derrota pero grandes sensaciones en el Sánchez Pizjuán y regresa este miércoles a Sevilla después de más de 10 días sin competición, descanso que debe de haberle servido para asentar conceptos aunque no le permitirán aún recuperar a su principal baza ofensiva, el lesionado Iago Aspas. Vaya baja: 15 derrotas, cuatro empates y una sola victoria en los últimos 20 partidos sin el de Moaña. Casi nada. Sí que regresan Nolito y Renato Tapia, ese mejor y casi único centrocampista con equilibrio en Balaídos.

El ya difuminado aunque aún latente ‘efecto Coudet’ pasa por tanto esta noche una nueva prueba en el Benito Villamarín ante un Betis que también ha encontrado o más bien recuperado a su Mesías, en este caso sobre el campo. Sergio Canales se machacó para volver de su lesión mucho antes de lo esperado y bajo la batuta del centrocampista cántabro el equipo verdiblanco encadena cuatro partidos sin perder, con tres victorias seguidas y bastante mejor pinta de la que había mostrado hasta finales del año pasado.

Renació el Betis con la vuelta de Canales y también tras la obligación de refrescar el equipo ante una plaga de lesiones y coronavirus. Pasado ya este lance casi del todo, Manuel Pellegrini está hoy ante la tesitura de colocar a los que antes jugaban como titulares o seguir con los que se han ganado seguir siéndolo como Ruibal, Miranda o Lainez. Seguramente el chileno optará por una solución mixta, auspiciada también por bajas como la de Claudio Bravo en la portería o por la necesidad de reforzar el centro del campo ante un Celta que guarda calidad para la creación.