Ha transcurrido un mes desde la vuelta al cole de LaLiga, pero Celta y Cádiz empiezan a acumular tareas pendientes. Ninguno ha sido capaz de ganar en estas primeras semanas de curso, por lo que la ansiedad empieza a aflorar ante la posibilidad de un merecido suspenso en este primer trimestre. Todavía hay margen, es cierto, pero la necesidad comienza a ahogar.
El Celta suma un punto y tres derrotas, de las cuales dos fueron ante Atlético y Real Madrid, dos asignaturas para matrícula. Ahora tienen la obligación de ganar ante el Cádiz para que el personal no se ponga nervioso, para que las polémicas existentes no se impongan a la ilusión del verano. Coudet tiene listo a Franco Cervi, que estuvo toda la semana entre algodones, para ocupar el costado izquierdo. La gran novedad estará en la otra banda, donde Solari sentará al internacional Brais. El resto del once será el mismo que salió goleado del Bernabéu. El Chacho es de ideas fijas y no piensa moverse lo mas mínimo por cuatro malos resultados.
Cervera sí que moverá el árbol. Hasta tres cambios se prevén en el once cadista. Haroyan entrará por Marcos Mauro en el eje de la zaga y a su lado estará Fali, quien retrasa su posición por la sanción de Cala. Alarcón llevará la manija en el centro del campo y Lozano será la pareja de Negredo en ataque. El hondureño llegó muy justo al último partido después de sus compromisos internacionales, pero ahora ya esta descansado, presto y dispuesto para poner Balaídos patas arriba.
Todavía es la quinta jornada, pero ya es un duelo de necesidades. El problema es que sólo puede ganar uno. El que lo haga, podrá al fin sonreir. El derrotado empezará a agobiarse. Y el empate supondrá carbón para todos. El balón y los goles dictarán sentencia.