El Oporto tiene suerte de que por Pepe parezcan no pasar los años. Sin el central portugués liderando la defensa, probablemente el Olympiacos hubiera sacado algo positivo de Do Dragao, donde un tempranero gol de Vieira tras un error grosero de Bouchalakis en la salida del balón encauzó la primera victoria en esta Champions del conjunto de Sergio Conceiçao. Si el Oporto quiere luchar con Marsella y el conjunto griego por la segunda plaza del Grupo C, los dragones tienen que ponerse las pilas.
Y es que las marchas de Danilo y Telles el último día del mercado de verano a PSG y United parecen haber dejado al Oporto huérfano. El mediocentro era el motor del juego del equipo, robaba y distribuía por partes iguales y el lateral era un puñal por la banda y un seguro a balón parado cuando las cosas se atascaban. Ahora es un equipo que no tiene claras las ideas y que si ganó al Olympiacos fue por un error de su rival que mereció más.
Un error al intentar sacar el balón jugado de Bouchalakis en el minuto 11 de encuentro provocó que Corona se hiciera con la pelota en el área del equipo griego y chutara a portería. José Sá, exportero del Oporto, logró desviar el primer disparo pero no pudo hacer lo mismo con el remate a bocajarro de Vieira. El gol marcó el resto del encuentro. El Oporto se echó atrás y se vio embotellado en su área por el Olympiacos, sobre todo en la segunda parte, pero entonces surgió la figura de Pepe. El central se marcó un partidazo a sus 37 años de edad. Estuvo bien al corte y sacó toda su garra para hacer que todo su equipo se esforzara en defensa.
Cuando peor lo pasaba el Oporto, Oliveira marcó el segundo. Otro robo en campo de contrario provocó una jugada de tiralíneas en la que Marega llegó hasta línea de fondo y centró con la derecha para la llegada del centrocampista portugués, que sentenció el encuentro de cabeza.
Con el City ya desmarcado, la segunda plaza está abierta. Tres entrenadores portugueses (Vilas-Boas, Conceiçao y Martins) luchan por ella. Si el Oporto la quiere, tendrá que esforzarse mucho. Y eso que tuvo suerte en el sorteo…